Bogotá - Colombia

Moverse para comunicarse mejor

Moverse es importante. Lo hemos escuchado. El movimiento corporal segrega un sinnúmero de neurotransmisores que nos ayudan a sentirnos más felices y agradecidos. No obstante, recientemente me topé con un estudio que, de hecho, asegura que los beneficios del movimiento corporal pueden ir incluso más allá. Parece ser que estos tienen una influencia directa en nuestras habilidades comunicativas. 

Hace muy poco me topé con el estudio de la psicóloga social Amy Cuddy, titulado “Presence: Bringing Your Boldest Self to Your Biggest Challenges”. Este es un estudio en el cual la autora y otros especialistas analizan diferentes ejercicios y posturas corporales y su impacto en la autopercepción y las habilidades comunicativas personales. Durante el estudio, Cuddy y su equipo sugieren ciertas posturas expansivas (lo que diríamos posturas corporales abiertas o receptivas) y contractivas (cerradas y bloqueadas) a un grupo de participantes. Después de esto, los participantes son sometidos a diversos ejercicios desafiantes que pueden encontrar en el día a día. En estos ejercicios, además, también se evalúa la percepción del grupo para con la persona. 

Lo sorprendente es que los hallazgos fueron inequívocos. Los participantes que habían adoptado posturas expansivas se mostraron más seguros y comunicaron más claramente lo que querían luego del ejercicio. Del mismo modo, los más expansivos también fueron percibidos por el grupo como personas con más confianza personal y carisma. Los participantes que, por otro lado, adoptaron posturas contractivas fueron calificados como inseguros y su grupo de trabajo sugería que no parecían estar tan confiados con lo que estaban diciendo. 

Esto puede parecer muy simplista, pero basta con revisar algunas bibliotecas virtuales para encontrar cientos de estudios similares a este. Y es que, tiene sentido. Nuestro cuerpo es nuestra máquina. Si nuestra máquina funciona bien y la mantenemos en forma, todo lo que de ella se desprenda se mantendrá adecuadamente. Es por esta razón que mover el cuerpo es tan importante para los entornos corporativos (algo que siempre recalco a mis grupos en los talleres). No sólo nos beneficia químicamente, sino también social y psicológicamente. 

Quizá sea momento de volver a lo simple, a lo que parecería evidente pero hemos dejado de lado hace rato en nuestro mundo moderno: el movimiento. 

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